La Profecía del Héroe - Capitulo 31: Una noche mas


Debo apresurarme, o lo peor pasará… Pero ¿qué era lo peor? No lo había pensado del todo, pero… las palabras de Hank habían levantado cierto interés en Spero, quien se encontraba corriendo en dirección al sitio del primer asalto.
Al ver la forma de actuar de Shawn tras ver a Susan… pensó que no haría nada más, estaba destrozado después de todo, y pensó que quizá lo que haría sería quedarse con ella hasta que se recuperara, pero era un error, alguien como él no estaría satisfecho con algo como eso.
Amaba a su esposa, de eso no había duda, y por eso mismo… posiblemente había tomado la peor decisión.
Recordó igualmente la vez que se encontraron en Atlova. Como capitán tenía un fuerte sentido de justicia y repudió a aquel hombre que aprovechó su poder para darse lujos poniendo en riesgo la vida de su pueblo, no dudó en atacarlo, pero aun así no lo hizo. Pero… no era la misma situación.
Claro que sentía empatía por las personas de aquella ciudad, claro que le dolía las pérdidas que hubo, pero… su relación no era tan cercana como con Susan. Las condiciones eran distintas.
Creo que la vuelta era aquí…
*Clink* Se escuchó el metal chocar entre sí.
Spero se dirigió rápidamente al lugar del cual provenía el ruido, era obvio que en dicho lugar se encontraba él. Pero lo que no era obvio, era lo que se encontraba ahí.
Un sujeto desconocido estaba tendido en el suelo, temblaba del miedo mientras miraba al frente, le hacían falta ambas manos, en su lugar tenía heridas cerradas a punta de fuego; sus pies igualmente habían sido cortados y tratados de la misma forma; había sangre derramada, pero no fluía más de él.
− ¿Quieres detenerte? – Preguntó una mujer conocida, una que portaba una gran armadura, pero esta vez sin yelmo Ryoku.
Ryoku estaba presente y estaba siendo atacada, no por el sujeto que estaba en el suelo, si no por alguien más, alguien que portaba una guadaña consigo, Shawn.
Estaba inmerso en su rabia, no parecía reaccionar ante las llamadas. No dejaba ni un espacio entre ataques, y a duras penas, Ryoku podía reaccionar.
− ¡Shawn! – Llamó Spero, tratando de llamar su atención, pero no pareció funcionar.
− ¿Spero? – Preguntó Ryoku sorprendida. − ¿De dónde saliste? Más importante aún… ¿Conoces a este sujeto? –
No había tiempo para preguntas, era muy peligroso dejarlo que siguiera atacando. No comprendía del todo la situación, pero se daba una idea, a cierto punto entendía la molestia de Shawn y la razón del estado del sujeto.
Spero se acercó lentamente a Shawn, tratando de calmarlo conforme daba cada paso.
− T-Tranquilízate Shawn… ella no es tu enemiga. – Decía Spero algo nervioso.
Pero él ya no estaba pensando.
Dio un swing apenas entró en su rango, haciendo una pequeña cortada en el estómago de Spero; superficial para no ser de peligro, pero lo suficiente para derramar sangre y provocar un leve dolor. Agh…
Se alejó de Shawn y cubrió su estómago, tratando de no derramar tanta sangre. La expresión de Ryoku cambio, parecía preocupada, pero no podía darse el lujo de mirar a otro lado.
Está perdido.
Shawn… respiraba hondo y rápido, poco faltaba para que vapor saliera de su boca, sus ojos estaban muertos y llenos de dolor; apretaba con fuerza su guadaña desde el mango y lanzaba ataques indiscriminadamente con todas sus fuerzas.
Mientras que Ryoku cubría todo con su escudo, intentando no dar ni un paso atrás. Pero se notaba su cansancio, no sabía cuánto tiempo llevaba ahí, pero claramente era más del que podía soportar.
− ¡Shawn reacciona! Ella no tiene nada que ver – Gritó Spero.
Y Shawn se detuvo por un segundo, bajo su mirada y crujió con fuerza los dientes.
− ¡CALLATEEEEEEE! – Gritó Shawn alzando su mirada. − ¿Por qué se meten en mi camino? ¿Por qué protegen a ese bastardo? Solamente déjame matarlo, déjame ponerle un fin a todo esto, déjame… déjame hacer algo por ella… −
Ryoku no parecía comprenderlo, pero por un momento, pudo descansar. Shawn detuvo sus ataques y se calmó un poco, la rabia y deseos de matar seguían presentes, pero parecía comprender un poco que ella no era su objetivo, que ella no tenía nada que ver ahí.
− Tuvo el descaro de hacer tales cosas… y volver aquí como si nada hubiera pasado. – Continuó Shawn temblando de la desesperación. – ¿Qué acaso no te molesta? ¿Quieres que no haga nada aun cuando lo tengo frente a mí? –
La expresión de Ryoku cambió nuevamente, como si hubiera comprendido algo.
− Así que eres él… su esposo. – No era de extrañar que supiera algo, los rumores se habían esparcido rápidamente por toda la ciudad.
− Si lo comprendes ahora… debes saber quién está detrás de ti. – Respondió Shawn. – Así que muévete, déjame acabar lo que comencé. –
Ryoku titubeó un poco, soltó un poco la fuerza que ejercía en su escudo, como si dudara de lo que iba a hacer, y entonces… apretó con más fuerza nuevamente, poniéndose a la defensiva.
− No puedo hacerlo. – Dijo Ryoku.
¿Eh? Incluso para Spero era algo inesperado.
− No lo hagas más difícil… − Dijo Shawn perdiendo la paciencia. – No me hagas quitarte del camino, no tienes por qué defender a ese bastardo. –
− Aun así, no me moveré. – Respondió Ryoku firmemente. – Este no es el modo de hacer las cosas… −
− ¿Qué no es el modo? – Preguntó Shawn sarcásticamente. − ¿Entonces cuál es? Él debe pagar por sus pecados, ¡él debe pagar por lo que le hizo a mi Susy! –
− Papá… papá dijo que matar no era la solución, que nunca lo era. – Respondió Ryoku. – Que no debemos dejarnos llevar por el rencor u el odio, tomar “justicia” por nuestras manos no es diferente a lo que haría un asesino. –
− ¡Déjate de tonterías! – Gritó nuevamente Shawn. − ¿Cuántas personas no habrá matado este sujeto? ¿A cuántos mas no habrá lastimado? ¿Quieres que lo deje ir como si nada hubiera pasado? ¿Quieres que haya más heridos? –
− ¡Por supuesto que no! – Gritó Ryoku. – Yo… no quiero eso, claramente, pero… debe haber otra forma, no le des una salida tan fácil como quitarle su vida, eso sería muy complaciente para él… T-Tú, ¡dile algo! –
Ryoku apuntó tanto su mirada como su dedo hacia Spero, quien se encontraba confundido. Dudaba sobre lo que debía hacer, sobre que debía apoyar.
Pese a que Spero fue igualmente con deseos de venganza, movido por la rabia que sintió al ver a una amiga suya en tal estado… las circunstancias eran diferentes. Spero no era más que un simple aventurero o mercenario, sus cargos podían discutirse, “Defensa personal” pudieron alegar en caso de que asesinara al sujeto y todos estarían contentos con el resultado, después de todo el atacado seria el mismo que provocó tantos heridos. Pero en el caso de Shawn… era una situación diferente, él era un capitán, alguien que se supone no puede tomar justicia por sus propias manos y está sujeto a la ley; a la vista de la gente, en su situación actual… seria aún más mal visto, cualquier pequeño alboroto por parte del gobierno y medidas tan drásticas… provocarían aún más caos y confusión.
Tomar una vida no era el problema, si no lo que contraería. Pero yo no soy quien para hablar.
− Yo… − Apartó su mirada por un momento. – No te detendré. –
− ¿Qué? – Preguntó Ryoku confundida. − ¿Piensas que está bien lo que hará? –
− Él si lo entiende, ¡ahora aparta! – Gritó Shawn blandiendo su guadaña hacia Ryoku.
− No podemos alegar nada, posiblemente él ya confesó sus crímenes... – Continuó Spero. – Tampoco puedo pedirle a Shawn que se detenga y no haga nada, no tengo el derecho para ello. El dolor que debe estar sintiendo es uno que… nadie quisiera experimentar, un dolor que arde desde dentro y no cesa, se hace cada vez más grande, y sientes una increíble impotencia al ver que no pudiste evitar que eso pasara… −
Y en cierto modo, comprendo su dolor. Gracias a la tranquilidad que emanaba Hank, la posible solución que le brindó y mirar el estado de Shawn, hacía que Spero no pudiera estar inmerso en la rabia... no se sentía con el derecho. Por lo que pudo pensar un poco mejor las cosas.
− Pero aun así… no creo que matarlo sea lo correcto. – Continuó Spero con algo de duda en sus palabras. – Es una salida muy fácil, debe pagar por lo que hizo. Si simplemente lo asesinas… todo habrá acabado, y en cierta forma… él habrá ganado. –
− ¡ENTONCES LO TORTURARE HASTA QUE MUERA! – Gritó Shawn molesto.
− No te dejare pasar. – Ryoku se mantenía firme. – Esto no es lo correcto. –
− Te equivocas, Ryoku. – Interrumpió Spero. – Entiendo tu punto y en cierta forma tampoco creo que matar sea la solución, pero aun así… si la vida de alguien depende de ello, hay ocasiones en las que se debe tomar esa decisión… −
− ¡Pero…! – Gritó Ryoku desesperada.
− ¡Espera! – Interrumpió Spero. – Cuando no hay más opción, y la vida de alguien depende de ello… quizá pueda considerarse lo “correcto”, pero… ¡Ahora la vida de nadie corre peligro! –
− ¿De qué mierda hablas? – Escupió Shawn molesto. − ¿Qué la vida de nadie corre peligro? Solo son estupideces, si no lo acabo ahora… volverá a hacer lo mismo, una y otra vez. ¿O acaso dices que lo de Susy no fue nada? –
− Eso no es a lo que me refiero. – Insistió Spero avergonzado.
− ¡Basta de tonterías! Si no se hacen a un lado, me abriré paso. – Insistió Shawn.
Shawn golpeó su guadaña contra el suelo, y esta se encendió en llamas; fijo su mirada en Ryoku y alzó su guadaña. ¿Fuego?
Ryoku alzó su escudo para cubrirse; por el cansancio o el temor, cerró por un momento los ojos, y Shawn aprovechó esto para cambiar la dirección de su ataque.
*Clink* Resonó nuevamente el sonar de los metales al chocar contra si, Spero con gran velocidad se posicionó al lado de Ryoku y cubrió el ataque se Shawn con su lanza.
− Te dije que ella no tenía nada que ver. – Dijo Spero firme y tranquilamente. – No hagas algo de lo que te puedas arrepentir. –
− Nunca me arrepentiría de lo que pienso hacer. – Insistió Shawn con una mirada fría. – Es lo mínimo que puedo hacer por ella. –
− Gracias… − Dijo Ryoku en voz baja.
− ¿Eh? – Spero no prestó atención. – Susan ya despertó una vez, su vida no corre peligro, y no… me odiaré por decir lo que diré y seré un estúpido hipócrita a sabiendas de lo que pensaba hacer, pero… No nos consta a nosotros hacer justicia, no en esta ocasión. Susan no fue la única víctima, y si lo detenemos no habrá más… un castigo apropiado se le vera puesto, y confió en que te encargaras de que así sea. –
Shawn titubeó un poco, tembló y dio un paso atrás, estaba dudando, dudando sobre si era lo correcto su actuar, por lo que igualmente miró hacia otro lado con vergüenza.
− Yo… no soy quien para decirlo. – Ryoku dio un paso al frente. – Pero si en verdad quieres hacer algo por tu esposa… deberías estar con ella en estos momentos difíciles, la venganza no arregla nada, matar no es la solución, eso es lo que me enseñó papá. –
Spero no podía hacer nada más que apartar la mirada, toda su travesía había sido un viaje de venganza, rencor contra aquella persona que había hecho la explosión; rencor contra aquella persona que lastimó a su amiga; rencor contra aquellos que destruyeron la preciada paz por la que peleó su hermano.
Pero no podía refutar las palabras de Ryoku, ella tenía razón. Moverse por rabia y venganza nunca traía nada bueno, la venganza solo generaba más venganza.
Y entonces lo recordó, algo que pasaba por alto, quizá el rayo de esperanza que podría detenerlo todo.
− Además no puedo dejarte hacerlo Shawn, necesito tu ayuda. – Dijo Spero bajando su lanza. – Si es tan simple como aquella persona dijo… podemos terminar con todo esto, volver a donde nadie salga herido, acabar con este caos, pero necesito que pienses racionalmente y no pongas en riesgo tu credibilidad. –
Shawn se quedó sin palabras, parecía seguir pensando en lo que Ryoku le había dicho.
− D-Debí estar con ella… − Dijo Shawn con una voz temblorosa que salía entre dientes. – En cambio… la volví a dejar sola. −
No pudo más y cayó sobre el suelo; soltó su guadaña y el fuego se extinguió; cubrió su rostro y sollozó, seguía destrozado emocionalmente.
No soy más que un hipócrita, pero… es lo correcto.
Spero caminó hacia Shawn y tendió su mano para ayudarlo a ponerse de pie, mientras que Ryoku se quedó junto al otro sujeto para evitar que intentara escapar. Con Shawn algo más tranquilo, solamente tenía que contarle lo que Hank le había dicho, la forma de terminar con todo era muy simple, y Shawn era la llave que podía hacerlo realidad.
Pero alguien no estaba conforme. Una risa burlona se escuchó en el callejón, provenía del sujeto que estaba tendido en el suelo, había dejado de retorcerse de dolor y vuelto a su aparente locura.
− ¡HAHAHAHA! – Reía fuertemente, intentando provocarlos, volvía a hacerse el fuerte ya que no estaba en peligro.
Respiró hondo después de una gran carcajada y miró fijamente a Shawn, su estúpida sonrisa se puso de oreja a oreja, y con un tono burlesco volvió a hablar.
− Después de todo no eres tan valiente. – Dijo el sujeto. − ¡Solo eres un marica que no pudo proteger a su esposa! ¡HAHAHAHA! –
Al escuchar esas palabras, Shawn apretó fuerte la mano de Spero, su mirada se volvió nuevamente fría y rápidamente tomó la guadaña del suelo de un paso largo, pero ya era tarde.
− ¡Guarda silencio! – Gritó Ryoku golpeándolo en la cabeza con su la punta de escudo, sus palabras la habían molestado enormemente. – Puede que esté en contra de matarte, pero aun así… nunca dije que no dejaría que te torturaran. –
El sujeto dio un gran trago de saliva y su sonrisa se invirtió; su fachada de aparente locura desapareció y comenzó a temblar.
− S-Son unos e-estúpidos. – Tartamudeaba del temor, pero hablaba con rencor. − ¿C-Creen que todo acabará t-tan fácil? ¿C-Creen q-que capturándome los ataques cesaran? N-No me hagan reír ha-ha-ha –
Seguía escupiendo tonterías, aun lleno de temor.
− N-No es más que el comienzo. – Continuó tartamudeando. – N-No soy solamente yo quien está detrás de esto… ¡Hay m-muchos más! S-Solo soy un eslabón más… a-ahora mismo… alguien más debe estar siendo atacado. –
Ryoku dio un pisotón y miró con desprecio al sujeto.
− ¿No te dije que te callaras? – Preguntó como si fuera un insecto. − ¿O quieres que lo haga por la fuerza? –
El sujeto cerró la boca con molestia y bajó su mirada, intimidado por Ryoku.
Pero lo que dijo levanto cierta sospecha en Spero. Era obvio que no solamente era él quien formaba parte de la organización, de eso no había duda, pero… ¿los ataques igualmente eran en conjunto?
La forma en que habían tratado a Susan había sido con magia de curación, o eso era algo que había dicho Hendry. Y no había visto que el sujeto que estaba junto a ellos la usara, lo que era extraño. Con magia de curación habría tratado las herías que tenía en los brazos, no al punto de regenerarlos, pero lo suficiente para que calmara un poco el dolor por la cauterización.
Si él no era quien curaba las heridas de las victimas… ¿Quién era? Faltaba una persona en la ecuación, o quizá varias, no se podía limitar el rango a solamente una.
Y lo que lo confirmaba todo, era la amenaza de aquel sujeto.
Spero se acercó a él, se puso en cuclillas y lo miró fijamente.
− ¿A qué te refieres con eso? ¿Quién está atacando y en dónde? – Preguntó Spero.
El sujeto solamente apartó su mirada y escupió sobre el suelo.
− ¿Qué te hace creer que te lo diré? – Preguntó.
− ¿Qué te hace creer que no me lo dirás? – Preguntó Spero.
*Tsk* El sujeto tronó la lengua y sonrió petulantemente, como si no tuviera miedo de nada.
− Tus amenazas no funcionaran en mí. – Aseguró el sujeto. − ¿Cuántas personas crees que he torturado? ¿Cuántas veces crees que he sufrido la tortura? No estas ni cerca de poder intimidarme. –
Hablaba de forma tan altanera, aun cuando momentos atrás había sido intimidado por una chica al más mínimo trato.
Pero la situación era perfecta, aun no se le olvidaba del todo lo que había hecho, y se sentía un tanto inconforme con lo que había sucedido. Así que haremos eso.
− Sabes, mi compañera dijo que no haría nada si solamente es tortura. – Dijo Spero con una sonrisa tranquila. – Pero no me gusta la sangre, a cierto punto me da algo de asco. –
− Marica. – Susurró con una pequeña carcajada.
− Pero sabes… − Continuó Spero haciendo caso omiso de lo que le dijo. – ¿Has escuchado eso sobre “Ojo por ojo”? Supongo que sí, y veras, veo que tu aun tienes ambos. –
Spero hizo señas a Shawn, quien se limpió el rostro y se acercó a él.
− No me corresponde a mi hacerlo. – Dijo Spero. – Así que dejare que lo haga él. No es un castigo, es algo así como… poner las cosas a mano. –
Pese a lo dicho antes, la expresión del sujeto cambió rápidamente a una sonrisa nerviosa, recordaba el dolor que él le había provocado, estaba grabado en su cuerpo y le provocó temor.
Spero se pudo de pie y dio una leve palmada en la espalda a Shawn, como si fuera una señal de aprobación.
Por su parte, Shawn se puso en cuclillas frente al sujeto y lo miró fijamente, esta vez sin una mirada de odio o rabia, simplemente lo miró.
− No querrás ver esto. – Indicó Spero a Ryoku para que se apartara. Ambos caminaron a la esquina fuera del callejón.
Ryoku no dijo nada, solamente estaba sorprendida por el actuar de ambos, y como había dicho antes, no se opuso en ningún momento. Quizá hasta cierto punto aprobaba lo que iban a hacer.
No pasaron ni 30 segundos cuando un grito de dolor y temor resonó en el callejón con fuerza, con tal fuerza que parecía que desgarraría su garganta y reventaría los oídos de quien lo escuchara.
− ¡Jack y Zack! ¡Esos son nuestros nombres! – Gritó el sujeto. − ¡Yo soy Jack, Zack está en el distrito residencial posiblemente buscando otra víctima! –
No duró mucho.
Pocos segundos después, Shawn salió del callejón.
− Volveré a casa con Susy. – Dijo levemente. − ¿Puedes encargarte de lo demás? –
− Claro. – Respondió Spero. – Asegúrate de estar con ella cuando despierte. –
El Jack seguía en el suelo, retorciéndose mientras cubría su rostro, específicamente su ojo derecho. Realmente lo hizo… Pero no había sangre en los alrededores, no más de la que ya se había derramado.
− E-Ese bastardo… − Repetía una y otra vez mientras rodaba en el suelo.
− Déjame ver. – Indicó Spero a Jack, dependiendo de la gravedad, tenían que tratar la herida.
− ¡Largo marica! – Gritó Jack enfurecido. – No me toquen, ninguno de ustedes, lárguense, aléjense. –
Por un momento, apartó su muñón del ojo, no tenía ninguna herida. Algo inesperado. Estaba preparado para dejar que realmente lo hiciera, le parecía en cierto modo lo correcto y no había una razón para negarse. Sacarle uno dos ojos no afectarían la vida de alguien que iba a ser encarcelado por el resto de su existencia.
Pero ciertamente era un desenlace favorable. Como había dicho antes, la venganza solo provocaba más venganza, no era una solución, decidió tomar el mejor camino, el camino de apoyar a su esposa en los momentos difíciles, el camino en el que pudiera estar junto a ella cuando lo necesite.
− ¿Y ahora qué? – Preguntó Ryoku.
− Hay que esperar a que los guardias vengan y explicar la situación. – Respondió Spero.
No pasó mucho hasta que llegaron, los gritos de auxilio los alertaron de lo sucedido.
Pese a que la escena estaba desfavoreciendo a Spero y compañía, puesto que el herido era el asesino y no parecía portar armas… creyeron en su versión. Revisaron a Jack y efectivamente encontraron un par de cuchillos sucios de sangre, posiblemente no los lavaba después de atacar a alguien.
− Tú no tienes pinta de ser un asesino. – Intuyó el guardia al mirar a Spero.
Su intuición no era del todo correcta, por lo que Spero solo sonrió nerviosamente.
− Mas importante. – Casi lo olvidaba. – En el distrito residencial posiblemente haya otro ataque. –
− Ya es muy tarde. – Dijo Jack molesto. – Él ya debe haber acabado. –
El guardia puso una cara de sorpresa al escuchar a Jack, pero no una de preocupación.
− Así que trabajaban en conjunto. – Dijo el guardia.
− ¿Trabajaban? – Preguntó Spero.
− Si, hubo un intento de homicidio en el distrito residencial hace un rato. – Respondió el guardia. ¿Intento? Eran unas palabras revitalizantes. – Si no fuera por ese sujeto, posiblemente no se hubiera quedado como “intento” –
¿Ese sujeto? Era algo intrigante saber quién había detenido el intento de homicidio, pero lo importante era eso mismo, que se había quedado como un intento.
*Tsk* Jack volvió a tronar la lengua en disgusto.
− No creeré que alguien le ganó a Zack, no hay forma. – Parecía más molesto de lo normal. – No creeré siquiera que alguien pudo mirarlo, no hay forma. –
Hablaba en un tono que denotaba respeto hacia él, no como si hablara de un amigo o un familiar, si no de algún superior o alguien a quien admiras.
− Pues así fue. – Dijo el guardia dejando salir un suspiro. – No tenía ni una marca, pero estaba muerto del miedo para cuando llegamos. –
Sin marcas y muerto del miedo, debió encontrarse con la mismísima muerte.
− ¿Tan aterrador era el sujeto? – Preguntó Spero.
− Quizá solo era un cobarde. – Insinuó Ryoku.
Pese al dolor que provocaban las heridas y la cauterización, Jack entró en cólera y arremetió contra Ryoku; tenía el cuerpo tenso y cada paso parecía doler un infierno, pero aun así corrió hacia ella.
− ¡NO TE ATREVAS A INSULTAR A ZACK! – Gritó con todas sus fuerzas.
− Suficiente. – Dijo Spero tirando al suelo a Jack antes de que siquiera llegara a Ryoku.
− Puedo defenderme sola, ¿sabes? – Dijo Ryoku un tanto molesta.
− B-Bueno… venia por mi dirección. – Respondió Spero.
− Todos ustedes son unos imbéciles por creer en estos guardias… ¡No hay manera de que alguien encontrara a Zack, no hay manera de que alguien lograra hacerlo temer! – Insistió Jack aun en el suelo. – Él no tiene ninguna debilidad, él no tiene temor. –
− Pues así fueron las cosas. – Recalcó el guardia. – Misteriosamente, el sujeto no parecía peligroso, portaba armas, pero como dije antes, no hubo rastros de que las usara. –
− No… ¡No hay manera! – Cayó en la desesperación, repitiendo una y otra vez lo mismo mientras apretaba con fuerza su cabeza en posición fetal.
El guardia miró a otro par que estaba detrás y los llamó; ordenó que se lo llevaran, ya había confesado todo lo importante y aún más. “Es suficiente” Dijo el guardia, mientras que el otro par tomaba de brazos y piernas a Jack.
Hubo silencio por un minuto, y tras el minuto, el guardia hizo unas cuantas preguntas hacia ambos, cosas simples como la razón por la que se encontraban en el lugar a dicha hora, no era normal mirar alguien fuera con tanto temor en la ciudad.
Spero pensó un poco su respuesta, no era favorable mencionar a Shawn en todo el tema, podía poner en peligro su credibilidad y hacer más difícil las futuras negociaciones. Así que cargaré con toda la culpa…
− Aquí estabas, Spero. – Llamó un sujeto cargando consigo a un perro.
− ¿Allen? – Preguntó Spero al confundido.
− ¿Allen? – Preguntó el guardia igualmente confundido. – Con que ese era su nombre… nuevamente, muchísimas gracias por tu ayuda. –
Era extraño ver a alguien agradeciendo a Allen personalmente, más aún con su actitud antipática, no se imaginaba una razón por la cual le agradecieran. No hacía mucho por su cuenta y tampoco era como si le importara alguien más.
Y como era de esperar, ignoró al guardia, yendo directamente hacia Spero como si nadie lo hubiera llamado.
− ¿“Gracias por tu ayuda”? – Preguntó Spero confundido al guardia. − ¿Qué fue lo que hizo? –
Justo al pronunciar esas palabras intuyó algo. No puede ser…
− Él fue quien detuvo al otro sujeto, la víctima era una elfa recepcionista. – Lo sabía. – Para cuando llegamos… bueno, eso ya te lo conté. Él estaba ahí de pie, la recepcionista a su lado, y el otro sujeto aterrado en el suelo; la recepcionista nos explicó que… él lo detuvo sin más. –
¿Sin violencia? ¿Allen? Conocía las habilidades de Allen, pero no eran tales como para hacer algún corte o daño sin que este fuera notorio. Añadiendo el hecho de que en si era extraño que Allen no derivara directamente a la violencia, siendo él alguien tan… peculiar.
− ¡Date prisa! – Gritó uno de los guardias que llevaba a Jack.
− Bueno, muchas gracias por la ayuda a ustedes también. – Dijo el guardia haciendo una leve reverencia, para luego proceder a retirarse con sus compañeros.
Y sin más dilación, quedaron los tres únicamente.
El ambiente era raro. No le dio muchas vueltas a la actitud de Ryoku, la cual era peculiarmente extraña, aunque no era como si la conociera a fondo para decir que era algo fuera de lo normal, quizá y era su actitud normal. Aunque igualmente era cambiante, unos días amable y otros dura, no podía leerla del todo, pero sentía que quizá y había aprendido un poco más de ella.
− Así que detuviste al otro. – Señaló Allen, quien igualmente era extraño en sus acciones.
− ¿Ah? Si… lo hice… − Respondió Spero algo confundido.
− Lo “hicimos”, no lo hiciste solo. – Interrumpió Ryoku.
− Si, bueno, ella hizo la mayor parte… no, fue Shawn, pero… no va al caso. – No sabía bien cómo responder del todo. Y no tiene sentido que le de muchas vueltas. − ¿Tu detuviste a “Zack”? ¿Sin violencia? –
− Si, fui yo. – Respondió Allen sin preocupación alguna.
− ¿Cómo lo hiciste? – Preguntó Spero sorprendido. – Este sujeto hablaba de forma muy… buena de él, y ahora que lo pienso… debía ser alguien “habilidoso” para poder encargarse de guardias entrenados. –
Allen se quedó en silencio un momento, como si estuviera pensando en algo.
– Solo lo hice. – ¿eh? – Parecía ser alguien de temer, incluso logró atacarlo por sorpresa, y bueno… solo tome su mano antes de que hiciera algo y pedí amablemente que se detuviera. –
– No suena a algo que tu harías. – Señaló Spero.
– ¿No? – Preguntó Allen. – Bueno, no fue del todo así. Puse un cuchillo en su garganta y pedí amablemente que se detuviera. –
– Eso si suena a algo proveniente de ti. – Dijo Spero encogiendo los hombros. – Así que… ¿Qué más pasó? ¿Qué hacías ahí? –
– Estaba haciendo lo que me pediste, seguía a Sky. –
– ¿La recepcionista? – Preguntó Ryoku haciendo una cara de asco hacia Spero. – ¿Le pediste que la siguiera? ¿Eres acaso un pervertido? –
– Le pedí que la siguiera en caso de que intentaran atacarla. – Aclaró Spero algo molesto.
– B-Bueno… tiene algo de lógica. – Se retractó algo apenada.
– ¿Y? ¿Qué más pasó? – Preguntó Spero.
– Llevaba a Sirius conmigo, no quería levantar sospechas así que lo hicimos ver como si fuera un paseo nocturno. – Continuó Allen. – Y entonces olfateó algo, quizá el peligro, me indicó el camino y llegué justo a tiempo. –
– Entiendo… – Pero aún falta algo. – ¿Por qué lo detuviste? No creo que te importara la chica que iba a ser atacada, y aún más… ¿Por qué no lo atacaste? –
– Bueno… – Continuó Allen. – Pensé que si lo atrapaba podría sacarle algo de información que te fuera de utilidad, pero se rompió muy fácil, aunque no le hice nada. Por otro lado, no lo ataqué porque pensé te molestaría… estabas todo rabioso y furioso hace poco que pensé por un momento que no dudarías en matar a alguien, pero después analizarlo… no eres esa clase de persona, y dudo que aprobaras que le hiciera algo, así que… solo lo detuve. –
¿Esa es la impresión que le doy? Aunque no estaba muy fuera de la realidad, después de todo no pudo tomar venganza por Susan aun cuando estaba frente al atacante, incluso detuvo a quien si era capaz de hacerlo. Y en cierta forma, apreciaba que así fuera.
– Le tienes mucha estima. – Señaló Ryoku. – Aun cuando amenazó con sacarle los ojos a ese sujeto. –
– Tampoco dudo de que seas capaz de ello. – Señaló Allen. – Eres capaz de cualquier cosa. –
– Eso… solo fue actuación, ¿sabes? – Aclaró Spero algo apenado. – No pensaba hacerle nada, solo pensé que funcionaria… –
Bueno, quizá y si lo haría.
– ¿Y? – Continuó Spero. – ¿Qué hay de Sky? –
– Ella está bien, no fue atacada en ningún momento, ni parecía ser un objetivo. – Señaló Allen. – Pero come mucho pan, todas las noches pasa por una cesta llena de pan, no es el motivo, solamente compra mucho. –
– Eso no va al caso. – Respondió Spero.
– ¿Pan? – Preguntó Ryoku pensativa.
– Que no va al caso, cada quien puede hacer lo que quiera con su dinero. – Insistió Spero. – Pero ahora que lo mencionas… hago un delicioso pan. –
El ambiente estaba relajándose, la rabia y molestia que sentía momento antes… desaparecía, los problemas seguían presentes, nada había acabado, la gente seguía lastimada tanto física como emocionalmente. Nada le regresaría su pierna y ojo a Susan, nada quitaría el dolor que sintieron en aquel momento las víctimas, pero… estaban un paso más cerca de terminar con todo.
– Me alegra que estés mejor. – Dijo Allen con una sonrisa. – No es propio de ti estar molesto de esa forma… que, aunque ahora que lo pienso, es lo que más he visto de ti. –
– Las cosas han sido complicadas. – Respondió Spero. – Así que es normal que este así, y… muchas gracias por preocuparte. Y también gracias a ti Ryoku, por el apoyo que brindaste, bueno, si no hubiera sido por ti… no sé cómo habría terminado esto. –
– Posiblemente mal. – Dijo Ryoku. – A veces actúas como todo un tonto. –
Quizá tiene razón.
– Y ahora que lo pienso… – Pasaba algo por alto, algo que lo tomaba como lo más normal del mundo. – ¿Qué haces tú por aquí? –
Debido a las circunstancias no hizo pregunta alguna antes, la razón por la que estaba ahí podía ser cualquiera, pero estaba en peligro y no era tiempo para dudar, por lo que actuó sin conocer nada.
Con el tema ya más frio, podía resolver poco a poco las dudas que quedaban.
Y parecía haber dado en un tema interesante, Ryoku estaba algo nerviosa, apuntaba su mirada a todos lados, como si no quisiera decirlo.
– Solo estaba de paso. – Respondió poniéndose firme.
– No suena muy convincente. – Dijo Spero.
– No, no lo es. – Recalcó Allen.
Claramente escondía algo, y era la razón por la que estaba ahí.
– No tienes por qué mentir. – Dijo Spero amablemente. – Sea cual sea la razón… no hay problema con ello. –
– Bueno, bueno, pero quita esa estúpida cara. – Pero si solamente estoy sonriendo… – LA verdad es que… estaba buscándolos. –
– ¿Buscándolos? – Preguntó Spero confundido. – ¿A quién? –
– A ustedes, ¿Quién más? – oh, claro.
– Pero… ¿Por qué? –
– Es algo simple. – Respondió Ryoku cruzando los brazos. – No puedo hacer nada si no están ustedes. Esa chica de la recepción dijo que necesitábamos estar todos para tomar misiones o salir fuera de la ciudad, y cuando pregunté por tu paradero… dijo que no sabía nada al respecto, así que salí a buscarlos ¿Qué esperabas que hiciera? Se fueron sin decir nada por estos últimos días. –
– ¿Sin decir nada? – Preguntó Spero confundido. – Pedí a Allen que te avisara que no estaríamos por un par de días. –
– Lo hice. – Dijo Allen.
– “Nos vamos” Fue todo lo que dijo, ¿Esperas que entienda eso? – Dijo Ryoku molesta.
– Y-ya… – Spero estaba apenado, y a Allen no parecía importarle.
– Y fue ahí cuando me encontré con esto. – Continuó Ryoku. – Un sujeto siendo atacado en un callejón. Los rumores se esparcían por toda la ciudad y pensé haber dado con el clavo. No tengo un sentido de “Justicia” que me haga moverme, ni tampoco una ambición a ser una heroína que salve el día, pero estaba ahí siendo atacado y no conocía la razón, sentí que solamente debía actuar… el sujeto no reaccionaba, aunque preguntaba las razones y después de un rato llegaste tú. Y eso… se podría decir que es todo. –
Todo parecía ser culpa de Spero, pero no podía maldecir la situación. Aunque la vida de Ryoku había estado en cierto peligro, agradecía que estuviera en aquel lugar.
– Dices no tener un sentido de “justicia” pero sin tu ayuda, todo habría terminado mal. – Dijo Spero intentando nuevamente ser amable.
– Eso no es por “justicia” es solamente algo que papá solía decir. – Respondió Ryoku con una suave sonrisa. Parecía tenerle mucho aprecio a su padre, a tal punto que lo llamaba cálidamente “papá”.
Un padre, eh… Era algo que Spero no comprendía.
Al hablar de él en esa misma forma, hacia darse cuenta de que esa persona ya no… y era algo en lo que no debía inmiscuirse.
Con todo parcialmente resuelto, solo quedaba ir nuevamente a con Shawn para pedir su apoyo con el objetivo de Hank, el cual seguía pareciéndole uno muy simple, pero si era suficiente para hacer que pararan… era más que conveniente.
– Te acompañaría a tu casa, pero supongo que no será necesario. – Dijo Spero algo nervioso a Ryoku. – Así que, por nuestra parte, nos retiramos. –
Asintió con la cabeza y comenzó a caminar.
Dos, tres pasos fueron lo más que caminó cuando algo lo detuvo.
– ¿Se van de nuevo? – Preguntó Ryoku enfurecida. – ¿Qué acaso no te acabo de decir que no puedo salir de la ciudad sin ustedes? –
– Oh… si… – Comenzó a temblar un poco. – Pero… esta vez no nos vamos por días, solo… iremos a hablar con Shawn y… mañana me asegurare de hacerte saber cualquier cosa, lo prometo. –
Ryoku soltó a Spero y parecía inconforme con lo que le decía, quizá y no creia del todo en él. No la culparía, después de todo no le he explicado nada.
– Te estaré esperando mañana en la sala de misiones al medio día, espero y aclares todas mis dudas. – Dijo Ryoku seriamente, y sin esperar una respuesta, caminó lejos del lugar.
Espero poder hacerlo.
Estaba un tanto aliviado de que al atrapar a ese par pudieran cesar por un tiempo los ataques, al menos hasta que Hank hiciera su próxima movida.
No entendía hasta qué extremo podía llegar, cuál sería el límite que tenía su moral, si es que tenía algo de ello. Pero no estaba para probarlo, no estaba como para dudar y dejar que todo se fuera al diablo nuevamente. Debía apreciar lo poco que tenia de paz en esos momentos y grabarla a fuego, que nadie más la volviera a hacer desaparecer.
Shawn seguía junto a Susan, un tanto más calmado, sonreía mientras ella dormía.
Spero no quería quitarle la pequeña felicidad que sentía en ese momento, pero no quería perder más tiempo, por lo que lo llamó.
– Primero que nada, quiero disculparme. – Inició Shawn. – Usé tu amabilidad y pedí tu “ayuda” solamente para que dejaras esta casa y no me siguieras… –
– Eso no importa ahora. – interrumpió Spero. – Entiendo tus razones, y no te culpo de nada. Pero eso no importa ahora. –
– Gracias… – Dijo Shawn apenado.
– Creo que tengo… la forma en que podemos terminar con este caos. – Dijo Spero.
Shawn no parecía sorprendido del todo, pero escuchó atentamente la explicación de Spero de principio a fin, sin demostrar duda de sus palabras.
Seguía siendo un tanto… incierto creen en Hank, pero… no había otra opción, era creer o nada, por lo que la decisión era la obvia.
– Así que no podemos simplemente arrestarlo. – Dijo Shawn pensativo. – ¿Pero solamente eso quiere? ¿Provocó todo esto solamente para una disculpa? –
– Incluso yo dudo que eso sea. – Respondió Spero. – Pero no hay otra opción, si con eso podemos pararlo todo… ¿no crees que es un precio más que barato? –
– Mañana por la noche. –
– ¿Mmh? –
– Se realizará una reunión con los altos mandos. – Dijo Shawn. – Debo reportar el estado de las ciudades que visité, por lo que será la oportunidad perfecta. Puede ser peligroso, pero… si te encargas de traerlo contigo antes de que comience la reunión, hare que entren de alguna forma. Debes encargarte de que no lleve ningún tipo de arma que pueda ponernos en peligro. Por lo que me dices… puede que después de todo nos oculten algo, y si es así, quiero escucharlo. –
Spero dejó salir una leve sonrisa seguido de una pequeña carcajada.
– Sabia que podía confiar en ti. – Dijo Spero alegremente. – Así que no te preocupes, yo me encargaré de todo. –
Sea cual sea la verdad, terminaremos con esto de una vez por todas.

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